Nuestra Historia
Los hombres de negocio, viajeros del mundo, aspiraban a rincones menos oficiales como aquellos acostumbrados de los hoteles, pero exigiendo calidad. Jóvenes universitarios descubrían, en avanzada, las bondades de los exóticos tés importados, en una gran gama de variedades, sintiendo que al fin este país ofrecía también las opciones gourmets que se encontraban en los países desarrollados.
La izquierda “caviar” (como se les denominó a aquellos/as que les gustaba “paladear exquisito”) se empezó a dar cita en esta calle Orrego Luco, que se empezó a poner de moda. Así Le Flaubert encontró su nicho, su público cautivo que lo ha seguido desde sus inicios.
Le Flaubert se instaló en la calle Orrego Luco, una de las calles con tradición arquitectónica de estilo francés en la comuna de Providencia. En una casa que se adaptó ligeramente para las necesidades funcionales de un restaurante.
El estilo se mantiene hasta el día de hoy, clásico, informal, convivial y de momentos cálidos. Los distintos espacios se prestan a la conversación, las butacas son cómodas, la comida ha sido reconocida y aplaudida por todos estos años sin bajar la atención.
Fuimos pioneros como Salón de Té, ofreciendo tés de calidad en su tetera y venta de ellos mismos a granel. Se organizaron las primeras Cenas del Vino, poniéndose de moda muy rápidamente, armonizando vino y gastronomía. Desde el año 2007, hemos revivido en invierno las bondadosas sopas, llamándoles “Tiempo de Sopas”: ha sido un pequeño aporte gourmet, creando composiciones exitosas o saludando a las tradicionales campesinas o marineras de distintos países.
¿Qué platos caracterizan a Le Flaubert? Un sabroso paté maison, una “soupe à l’oignon”, un “coq au vin”, pato como en Francia, una corvina Flaubert, crêpes suzettes, mousse de chocolate y mucho más.
Es un encanto ir y volver a Le Flaubert, dicen los “habitués” del lugar.